Querría pasar los últimos momentos de mi vida en España. Mi querido hijo Martín estaba a mi lado todo el tiempo ... Estabamos en Sevilla, pero en la ciudad había demasiado ruído y por eso fuimos a Castilleja de Cuesta. El último aliento...
Hernán Cortés murió el 2 de diciembre 1547, pero antes de morir había escrito testamento:
PRIMERO: Ordena que su cuerpo sea enterrado en la Parroquia del pueblo en que fallezca y que a los 10 años sea conducido a Méjico a su villa de Coyoacán y se le dé tierra en el monasterio de monjas que él ha mandado edificar, intitulado de la Concepción de la Orden de San Francisco.
SEGUNDO: Que se digan varias misas por su alma y por las almas de los padres y de su esposa doña Catalina Suárez.
TERCERO: Que se vista de luto a los criados, se les pague el salario de seis meses y se les dé de comer y de beber como siempre en todo ese tiempo.
CUARTO: Que se pague a su segunda esposa, doña Juana de Zúñiga, 10.000 ducados que trajo de dote y que él lo había gastado en continuar la conquista y que esto se pague sin litigio alguno y del primero de enero que se haga.
QUINTO: Que en su villa de Coyoacán se edifique un colegio para los jóvenes que estudien Teología y Cánones, para que haya en Nueva España sacerdotes doctos que rijan aquellas iglesias.
SEXTO: Que se acaben a su costa las obras del Hospital de la Concepción y la Capilla Mayor de dicha iglesia que él había comenzado a construir.
SEPTIMO: Que cualquiera deuda suya ya sea pública ya privada o se conozca que es legal se pague sin duda y sin litigios.
OCTAVO: Que todo lo que hay hecho tanto a la cuestión de guerra como a la de esclavitud y se reconozca injusto se deshaga y se devuelva si algo se ha tomado ilegalmente.
NOVENO: Deja importantes mandas para sus criados y su esposa y algunos parientes y una carga a su hijo y heredero que conserve en la casa a varias doncellas de la Marquesa del Señor Altamirano, su Contador o Mayordomo en Nueva España, a su paje, a su camarero y a todos los demás sirvientes que desean continuar en ella.
DECIMO: Deja soberbias dotes a sus hijas, doña Catalina, doña Juana y doña María, todas solteronas y las encarga que cuando haya de tomar estado lo hagan con personas dignas de ellas y con conocimiento de su hermano, y a éste que mire que sus hermanas se casen como corresponde a la honra de su casa y al honor de ellas.
DECIMOPRIMERO: Nombra por heredero y sucesor a su hijo primogénito, don Martín, y como aún no tiene 25 años, nombra tutores de sus hijos al Duque de Medina Sidonia, al Marqués de Astorga y al Conde de Aguilar de Campoó, a los cuales nombra por sus albaceas y testamentarios para los asuntos de España y para lo de América a su esposa Marquesa del Valle de Oaxaca, doña Juana de Zúñiga. Al Obispo fray Juan de Suriñaga, al padre fray Domingo de Betanzos, de la Orden de Santo Domingo y al Licenciado Juan Altamirano. “Estantes todos en Indias”.
Sobre la puerta en la casa donde murió hay una lápida con la siguiente inscripción: “Siendo esta casa del Jurado Alonso Rodríguez, honróla el día dos de diciembre de 1547 Hernán Cortés, Marqués del Valle de Oaxaca, Conquistador de Méjico, sus Altezas Reales, los Serenísimos Señores Infantes de Españas, Duques de Montpensier en términos de aprecio a la memoria de tan grande hombre, la compraron y renovaron en el año 1854”.
Epitafio de la primera tumba de Hernán Cortés, escrito por su hijo Martín.
"Padre cuya suerte impropiamente
Aqueste bajo mundo poseía
Valor que nuestra edad enriquecía,
Descansa ahora en paz, eternamente."
martes, 11 de mayo de 2010
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