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El 1 de enero 1521 tomamos Texcoco sin luchar y luego tuvimos una batalla en Ixtapalapa, Cuauhnahuac (Cuemavaca), y Xochimilco antes de hacer alto en Tacuba. Esa serie de las batallas era un test del ejército español antes de luchar en Tenochtitlan. En todos esos lugares la resistencia era muy fuerte. Algunos de los españoles conspiraban contra mí, pero descubrí la conspiración y Antoni de Villafana, quien era su líder y amigo de Diego Velazquez, fue ahorcado. Llegaron otros reforzamientos y en mayo 1521 terminamos la costrucción de 12 de bergantínes. Mi ejército era compuesto de 900 hombres, 90 caballos , 15 piezas de artillería y miles de los guerreros indígenos. Hace poco en Tenochtitlan había una epidemia de viruela, pero el número de los guerreros aztecas era muy parecido al número de nuestros hombres. Dividí mis tropas en 4 partes. Pedro de Alvarado, Cristobal de Olid y Gonzalo de Sandoval juntro con sus grupos atacaron a los diques y yo comandaba la flota. Las luchas empezaron el 1 de junio 1521 y el asalto más importante comenzó el 9 de junio. El combate duró algunas semanas pero el 13 de agosto Cuahtemoc se entregó. Tenochtitlan fue destruido y el tesoro de Moctezuma fue perdido. El oro encotrado en las ruinas fue dividido entre los españoles. La parte del rey fue mandada a España, pero la robaron los pirates franceses. A pesar de subyugar el Imperio Azteca todavía tenía problemas con mi positión dentro de la jerarquía en el Nuevo Mundo. El 13 de noviembre 1518 Velazquez había sido nombrado el Gobernador de Yucatán por el rey español. Velazquez querría tener uno de sus amigos en mi lugar. Para preservarme una positión más importante mandé a España barcos llenos de oro. Esperaba que el rey me dejaría gobernar en la Nueva España. Pero no solo Velazquez era mi enemigo... Juan Rodriguez de Fonseca tampoco me apoyaba. En abril 1521 convenció Adrian de Utrecht, luego accionando como regente durante la ausencia del rey, intentaba a encarcelarme. En julio 1522 Carlos V volvió a España y trás una investigación fui eximido de todos los reproches .